viernes, 29 de junio de 2007

La música española del siglo de oro

Hoy quiero mostraros un fragmento dedicado a la música sacado de la primera edición en español del libro "Introducción al siglo de oro. Cultura y costumbres del pueblo Español de los siglos XVI y XVII", de Ludwig Pfandl y editado en España por la Casa Editorial Araluce (Barcelona, 1922). La obra no es el clásico estudio etnográfico que los lectores contemporáneos podemos tener en mente. Es, más bien, un antiguo libro para extranjeros en el que se relata todo lo relativo a la sociedad española, desde la literatura al uso de burdeles y prostitutas, pasando por la forma de gobierno o las diferencias entre el lenguaje familiar y el de la calle.

He aquí el texto:
La música española del siglo de oro puede considerarse en sus cuatro manifestaciones diferentes: música religiosa, de cámara, popular y teatral, de las cuales, las dos últimas adquieren una preponderancia y una difusión mayor. [...]. La música popular solía ejecutarse con acompañamiento de canto, o de baile o de ambos a la vez.

En las villas y pequeñas ciudades cantaba sólo el amante rondador, con acompañamiento de guitarra, ante las rejas de la ventana de su prometida y, a veces, la obsequiaba con una acabada serenata, organizada entre amigos y camaradas. En la Tía Fingida se hace mención de la rondalla, organizada por los dos enamorados estudiantes, que se componía de cuatro cantores, con sus guitarras, un tímpano, un arpa, una mandolina, doce panderos y una gaita zamorana; y en la Quinta de Laura de Castillo de Solórzano se habla de los siguientes elementos músicos existentes en una villa: "trompetas y clarines, dos juegos de chirimías, clavicordos, harpas, tiorbas, laúdes, vigüelas, cítaras, violines, guitarras".

La guitarra era el instrumento indispensable del pueblo, por decirlo así, casero; y para ser cantadas al son de guitarra estaban hechos la mayor parte de coplas y versos de arte menor que constituyen el rico tesoro de la poesía popular. A son de guitarra se cantaba en la casa y en la calle, y ella era el aparato imprescindible de recreos y diversiones. "A eso de las nueve o diez de la noche suelen estar las calles llenas de gente que van a pasear a obscuras, que cantan y tocan y distraen amenamente el tiempo


Romance español

No hay comentarios: