WOMAD y Eurovisión, dos galaxias alejadas y alejándose.
Quiso la casualidad que el día que acudí al WOMAD Cáceres se celebrase también el histriónico Eurovisión. Quién sabe, quizás mientras sonaban las guitarras beréberes de Bombino en la Plaza Mayor, el pseudo surfero español Manel Navarro desafinaba en donde quiera que estuviera el escenario del festival de la canción. Parece mentira que ambos eventos se desarrollen no ya en el mismo planeta, sino en la misma galaxia.
Hoy me levanté tarde y conecté el ordenador. Dios mío, qué espectáculo grotesco se había montado con el gallo del pobre Manel. Todo Cristo linchando al muchacho: que si el gallo, que si una mierda de canción, que si tal, que si cual. Me despertó la curiosidad tanto odio gratuito (teniendo en cuenta que, joder, es el puto Eurovisión) e investigué un poco. Hubo acusaciones de tongo en el concurso de selección, el eurofandom patrio apoyando a una tal Mirela cuya canción es, a falta de que alguien me rebata, bastante más mala que la del desgraciado Manel. ¿En serio la canción Do It For Your Lover es tan mala como para merecer la defenestración total de su autor? Ni de coña. La canción es igual de sosa, intrascendente e insustancial como la línea general del propio festival y en absoluto destaca a la baja. Esto contrasta con la entronización de Salvador Sobral, el joven cantante portugués que ha ganado con Amar pelos dois. Leyendo las crónicas del día de ayer, uno diría que acabamos de descubrir al nuevo gurú de la música europea. Si hasta he llegado a leer a algún tuitstar que suena tan desgarradora como un fado. Vamos, no me jodas. Amar pelos dois es una balada bonita de la que no nos acordaremos de aquí a una semana. Punto y final.
Todo este terremoto ocurría mientras yo disfrutaba de un WOMAD con una trayectoria ascendente. El cartel, para qué nos vamos a engañar, era bastante flojo (a excepción, claro, de mi amado Bombino), pero noto desde hace un par de años que la gente que va expresamente a disfrutar del festival va aumentando en detrimento del botellón. Este año, las personas que de un modo u otro estaban pendientes de los artistas que desfilaban por el escenario llenaban sobradamente la mitad de la plaza. No sé si es una sensación errónea, si es algo casual o es fruto de algún nuevo planteamiento de los organizadores, pero desde luego es una magnífica noticia.
Sharon Shannon
No hay comentarios:
Publicar un comentario