jueves, 24 de julio de 2008

C.J. Chenier and the Red Hot Louisiana Band - Concierto en Badajoz

Con motivo del IX Ciclo de conciertos "Jazz en el Museo", que organiza la Diputación de Badajoz en el Museo de Bellas Artes de la capital pacense, nos ha visitado el gran músico de Zydeco Clifton Joseph Chenier, más conocido como C.J. Chenier, hijo del padre de éste género musical (¿el Zydeco y Chenier serían, entonces, hermanos?). Nos aproximamos al museo y en una esquina próxima vemos a los que nos deleitarían con su música minutos más tarde: un rubio, muy colorado, de larga melena; un larguirucho con una gorra que parecía sacado de Nueva Orleáns y un tipo gordo que bien podría estar en una carretera nacional con su Harley-Davidson... Sí, parecía que aquellos eran los músicos de la Red Hot Louisiana Band. Nos colocamos en la zona destinada al concierto: un típico patio extremeño, con sus naranjos y sus palmeras, paredes encaladas, mucha calor. De pronto, un tipo negro, fornido (de fuerte, que no ancho de huesos), con llamativa gorra roja y un acordeón se sienta en uno de los taburetes. "¿Será ese el tal C.J.?" se preguntaba la gente. No había por qué dudarlo, así que un servidor comenzó a aplaudir. El resto del público se unió, y el hasta entonces presunto C.J. Chenier comenzó a saludar al respetable. Debo reconocer que me sentí aliviado, había acertado al empezar la ovación en el momento idóneo...

Este hombre, el más pintoresco de todos, tocaba un vest frottoir

Se sienta y se acomoda, y después de lanzar un tímido "Hola", eso sí, en perfecto castellano, empieza el concierto. Comienza la batería, los platos retumban por todo el patio, unos segundos de silencio y reanuda la musica el bajista. El colega se marca un ritmo marchoso. De nuevo un redoble de batería, y comienza Chenier a despegar las notas de su acordeón. El ritmo nos invade a todos y tenemos ganas de ponernos en pie, pero solo 5 personas nos levantamos para dejarnos llevar por la música que los sureños fueron despedazando durante la hora y cuarto que duró el concierto. Chenier intentó estar cercano, pero con su desconocimiento del español y el desconocimiento total del público del inglés, la comunicación fue prácticamente nula. El luisiano dijo en repetidas ocasiones que el público saliera a bailar, pero nadie se enteraba. Aún así el concierto gustaba, y de qué manera. El guitarrista, el mejor con diferencia, parecía fusionarse con la guitarra en interminables solos y punteos que dejaron boquiabiertos a más de un iniciado en la materia. Y qué decir también del bajista, o del propio Chenier... el apartado puramente musical fue sin duda lo mejor del concierto. Cada ovación parecía una despedida. Cuando acabó el concierto, el público aclamaba por C.J. a la vez que pedía un bis. Después de un divertido regateo con el artista, llegamos a un acuerdo por el que tocarían 2 canciones más. La de la despedida, una bonita y lenta version de Stand by me de B.B. King, fue probablemente de la que más disfrutó una audiencia cuya media de edad quizás fuera demasiado alta para disfrutar plenamente de un concierto de este tipo... se echó en falta más descaro por parte de un público que asistió en masa a lo que creían iba a ser un recital de jazz más que a una loca y entretenida fiesta vaquera, eso sin duda.

VER VÍDEOS DEL CONCIERTO


Más información sobre C.J. Chenier:

www.concertedefforts.com/artists_cjch.html
www.myspace.com/cjchenier
www.worldvillagemusic.com


El tiu Cancho

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